Interesante por donde se mire, la publicación analiza una cantidad de aspectos poco conocidos para la mayoría de los mercedarios, ilustrado con fotografías de las primeras épocas como las que ilustran el local de la Aduana construido en 1868 y que fuera demolido para dar lugar a la plaza José Pedro Varela.
La historia de Antonio Petrochi, el proponente de la construcción del muelle en los albores de 1866, daría lugar a extensos expedientes del Gobierno Departamental y de comentarios en la prensa de la época. La llamada Empresa del Muelle de Mercedes que tuvo a su cargo la administración del puerto durante los primeros años, tuvo una participación fundamental en los primeros tiempos.
Párrafo aparte lo constituyen las fotografías del aspecto que mostraba la ribera natural del río Negro entonces sin rambla, tal como hoy la conocemos. Poco a poco el puerto fue cobrando movimiento.
Un episodio que sale de lo común constituyó la condena a muerte de Marcelino Silva, un joven de 31 años acusado de la muerte del empresario agropecuario de un establecimiento ubicado en la zona de la Media Agua, Samuel Schekleton, y que fue trasladado en la cañonera General Rivera hasta el Puerto de Mercedes desde la capital a fin de realizar la ejecución. Luego de permanecer en la celda que se le asignó, la ejecución mediante el fusilamiento, se realizó sobre las 5.30 de la tarde presenciado por unas 600 personas y tras lo cual la fuerza de artillería regresó al puerto y retornó en la embarcación "El Vigía" y otras embarcaciones que acompañaron a la cañonera que siguió rumbo a la capital el 11 de diciembre de 1894.
Naturalmente la publicación abunda en numerosísimos testimonios de la historia que permiten arrojar una luz informativa fundamental sobre la larga historia del puerto hasta llegar a nuestros días. Los viajes del Vapor de la Carrera a Buenos Aires, el transporte de carga, el desarrollo de la ciudad y de la rambla y la llegada del Presidente Frondizzi de Argentina para su reunión con su par uruguayo Eduardo Víctor Haedo, permiten desarrollar como en una película una sucesión de transformaciones de las que aún quedan restos impresos en piedra y acero.